El reto a la hora de crear una marca personal, es conseguir el equilibrio entre lo que queremos vender con nuestro propósito de vida, y para esto, las personas pueden tardar años ubicando y buscando la respuesta. Para esto ya hace un par de años leí sobre el concepto de ikigai.
Tabla de Contenido
¿Qué es Ikigai?
La palabra ikigai significa “la razón de vivir” o la “razón de ser”. Esto significa que las personas tienen un propósito en esta vida, según la cultura japonesa, y por ello es necesario avanzar, aprender, probar e intentar para descubrir su sentido de la vida.
Si analizamos con detenimiento, las personas pasan años para ubicar el sentido de su vida, y en la filosofía asiática, se tiene como creencia que cada persona existe para contribuir en el mundo, nadie es más o menos, sino que cada uno tiene un espacio y necesita encontrar la respuesta para estar en armonía consigo mismo y explotar su potenciar.
A diferencia de la reconocida pirámide de maslow, que se enfoca en comprender que cada acción que realizan las personas en el mundo, están basadas en las necesidades, y antes de satisfacer los primeros niveles que son las necesidades fisiológicas, la seguridad, la afiliación y el reconocimiento, no podría concentrarse en la autorrealización, que es el nivel donde la persona busca la manera de satisfacer y dedicarse a su propósito.
4 áreas de ikigai
El ikigai consta de 4 áreas que deben ser analizadas, consolidadas, desarrolladas y convertidas en hábito, pasión y propósito, el ikigai se divide de la siguiente forma:
Lo que eres bueno
La primera parte, es levantar en lo que realmente somos buenos, donde nuestras habilidades innatas son usadas con normalidad en nuestro día a día. Aquí te recomiendo realizar una lista de todo lo que consideres que eres bueno, como: soy bueno escuchando, orientando, creando, …
Esta primera área al relacionarse en lo que te encanta hacer se convierte en nuestra pasión, y si se combinan con lo que te pueden pagar por ello se convierte en una profesión.
Preguntas para ubicar en lo que eres bueno
Es más fácil ver las fortalezas de los demás, que reconocer en lo que somos buenos, por ello, si tienes dudas en que responder esta primera área, te daré algunas preguntas que te ayudará a obtener las respuestas:
- ¿Qué actividades se me hacen fáciles hacer?
- ¿Qué temas puedo aprender de forma rápida y no me cuesta?
- ¿Cuáles consideras que son tus fortalezas?
Lo que te encanta hacer
Este paso se centra, en lo que nos encantaría hacer, que lo hacemos porque lo amamos y sale de forma natural, y no aspiramos un beneficio monetario por ello, sino porque nos satisface como persona.
Al igual que en el punto anterior, redacta una lista de lo que te encanta hacer como participar en actividades benéficas, ayudar en casas hogares, enseñar a los niños de la comunidad, compartir con otros emprendedores consejos.
Al combinar esta área con lo que eres bueno se convierte en nuestra pasión, y si se combinan con lo que necesita el mundo se convierte en una misión.
Preguntas para ubicar lo que te encanta hacer
- ¿Qué te gusta hacer, aunque no eres bueno en ello?
- ¿Qué te encantaba hacer de pequeño?
- ¿Cuál era tu sueño de niño? ¿Por qué lo dejaste a un lado?
- ¿Qué actividades realizarías sin importar el tiempo ni los recursos?
- ¿Qué harías sin esperar nada a cambio?
Lo que el mundo necesita
La tercera área es comprender las necesidades del mundo, si lo llevamos a una escala más pequeña, sería que es lo que necesita mi comunidad, mi municipio, mi entorno o mi estado o provincia, que es lo que ellos necesitan actualmente como educación, orientación, valores, motivación, …
Al combinar esta área con lo que te encanta hacer se convierte en una misión y si se combina con lo que te pueden pagar por ello se convierte en una vocación.
Preguntas para ubicar en lo que el mundo necesita
- ¿Cuáles son las necesidades o problemas de mi entorno?
- ¿Hay soluciones actuales paras las necesidades?
- ¿Consideras que existe otra manera más rápida y efectiva de satisfacer las necesidades?
- ¿Cómo puedes contribuir tú?
Lo que te pueden pagar
Y al final qué servicios puedo ofrecer o qué puedo crear, donde las personas quisieran pagar por ello, acá siempre es un reto grande para la mayoría de las marcas personales, porque les cuesta definir qué ofrecer, cómo y cuánto cobrar por ello.
Para esta área te invito a levantar una lista de qué quieres ofrecer, y realizar un benchmarking de los competidores que tienes y evaluar cómo lo venden, en qué canales lo ofrecen y en promedio cuánto lo venden.
A la hora de combinar esta área con lo que necesita el mundo se convierte en vocación y si se une con lo que eres bueno se convierte en profesión.
Preguntas para ubicar en lo que te pueden pagar
- ¿Cuál fue tu primer trabajo?
- ¿Cuál fue tu primer trabajo independiente?
- Tanto en el trabajo dependiente e independiente, ¿Qué función desempeñabas? ¿o qué actividades realizabas?
- De las actividades qué realizabas ¿Hay demanda en el mercado? ¿Alguien te ha comentado sobre una necesidad actual en la que puedes contribuir? (amigos, colegas, parientes)
Una vez completadas las 4 áreas, puedes ver que se forma una especie de flor, que busca florecer, ante la adversidad.
Ikigai y la marca personal
El mayor reto para las personas a la hora de crear una marca personal, en ocasiones es poder mantener su marca en el tiempo, sin dejar que el entorno se consuma la energía o espíritu, por lo tanto, el ikigai al obtener el propósito, es capaz de impulsar la persona en los momentos más difíciles, sin verse obligados o presionados, sino que ellos sienten que sus acciones forman parte de sus hábitos y su espíritu.
La marca personal en sus inicios, comienza con mucha pasión con una energía desbordante, y te puedo compartir que sentimos que la energía no acaba, y somos más flexibles, pacientes y resilientes, pero al avanzar y en ocasiones no obtener algunos resultados deseados, la determinación de la persona, empieza a balancearse y se van desanimando, dejando a un lado su marca.
También las marcas personales al no conseguir la rentabilidad para mantenerse y cubrir sus necesidades o los gastos del día a día, dejan que un trabajo que se encuentre en su zona de confort los consuma.
O las personas que desde afuera lo consideran afortunados las marcas que logran materializar en lo que le gustan, en lo que tienen la habilidad y le dan estabilidad económica, pero sienten que no ha logrado su propósito y que no ha contribuido en el mundo. Llegando en este punto, hay muchas marcas personales que de repente deciden cambiar lo que hacen y arriesgar en conseguir su ikigai.
Consejos para conseguir tu ikigai
Les confieso que yo, todavía estoy trabajando para conseguir mi ikigai, a veces prefiero sacrificar en lo que soy buena para conseguir en mi propósito y conseguir la respuesta del por qué existo y como puedo ayudar a los demás. Por ello te quiero compartir algunos de los consejos que aplico en la actualidad para seguir trabajando mi marca personal y obtener mi ikigai.
- Sé constante y no te rindas: suena fácil, pero comprendo que, como seres humanos, dudamos y la tentación de procrastinar y rendirnos está a nuestro lado, pero hay que trabajar en nuestra mentalidad, en qué es necesario invertir y avanzar paso a paso para conseguir nuestras metas.
- Hazlo a tu velocidad y en tu tiempo: el mayor temor que está en nuestro día a día, es que vemos a los demás avanzar en una velocidad y en un tiempo corto, y sentimos que no somos los suficientemente buenos en lo que hacemos, no obstante, debemos enfocarnos en NOSOTROS, y comprender que trabajamos a nuestra velocidad y en un tiempo diferente de los demás.
- No se trata de ser fuerte sino aceptar lo que somos: al descubrir el ikigai no significa que somos o debemos ser perfectos o fuertes, realmente es ver nuestros colores y aceptar en lo que somos y trabajar en nosotros mismos todos los días para convertirnos en lo que queremos ser.
- Agradece por las cosas malas y buenas: no es fácil, vivir momentos difíciles, porque estamos claros que somos seres humanos, y posiblemente en el momento las acciones tomadas no fueron las correctas, pero, siempre hay que tomarlo como aprendizaje y en una nueva ocasión no volver a cometer los mismos pasos. Y hay que agradecer cada oportunidad brindada.
- No te obsesiones: no se trata de correr y esperar que el ikigai llegue a nuestra puerta, se trata de vivir, y tomar acciones y experimentar todas las experiencias que nos brinda la vida, recuerda que lo obligado y forzado jamás es una buena opción.
- Ten a alguien de confianza a tu lado: el ikigai no se trata de ser un lobo solitario y luchar contra el mundo, se trata de estar con tu familia, amigos, aliados y seres queridos a tu lado, y tener a personas de confianza que pueden escucharte, que no te critiquen a través de la envidia sino que te orienten desde su visión, sin una actitud tóxica, sin imponer la forma de ellos en nosotros.
Conclusión,
Ikigai nos ayudará a orientarnos, a comprender que nosotros podemos alcanzar metas y sueños con la constancia, pero lo más importante, es que debemos tener la voluntad de seguir, y que una marca personal no se construye con una velocidad constante, sino que cada persona tiene su tiempo, espacio y velocidad, y cada uno va a contribuir según lo que ellos realmente consideren su propósito de vida.